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Média de Avaliação
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En semana santa y la Solana, restaurante que nos habían recomendado, cerrado. Lo encontramos por Google Maps. Llamamos y tuvimos la suerte de que nos cogen reserva. Una suerte. Ese día solo otro restaurante abierto en el pueblo y como es de terraza un viento que no hay quien esté. El comedor con vistas al río petado. Más gente que llega para comer, tenemos que esperar a que se vacíe. Menos mal que había reservado, porque con el panorama veía que no comíamos ni a las cuatro. Al rato podemos pasar por fin. Por suerte, el niño no nota el hambre porque había estado entretenido en el parque de juegos de que dispone el restaurante. Un acierto. Es verdad que la camarera no es lo más agradable del m...