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Média de Avaliação
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Los restaurantes no son lo que falta de Salento, pero el Camino Real es quizás uno de los más bellos. Con su simple escaparate, pintada de rosa y bien escondido cartel de madera sobre la puerta, se esconde un bonito patio en la parte trasera que se construyó un pelo parilla para más cauteloso. El menú ofrece una buena lectura de los platos típicos más bien los altos precios, pero aún la calidad. Por no mencionar el entorno y las vistas del valle lo convierte en un lugar excepcional.