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Média de Avaliação
★
Hemos ido 5 amigos, desde Santander, guiándonos por las reseñas, al principio al ver el restaurante vacío nos despertó las sospechas de cómo se debía comer en el lugar. Pedimos dos de rabas, una de croquetas y 5 chuletas. Rabas y croquetas congeladas de sobre incomibles, cuando llegan las chuletas, el primer bocado la carne tenía sabor a amoniaco y lejía, tuvimos que levantarnos de la mesa, teniendo que buscar un sitio a las 16:30 horas donde comer, cobrándonos 50 euros por las consumiciones que pagamos para no entrar en ningún tipo de discusión, no recomiendo volver .