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Média de Avaliação
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Es un sitio muy acogedor, con unas vistas maravillosas. Trato muy amable y, además de poder comprar secos, galletas, tortas, magdalenas y otros bollos que hacen en el obrador en horno de leña, puedes tomar café, licores, cervezas...merece la pena. Pero no es restaurante como parece deducirse de otros comentarios, solo ocasionalmente sirven comida en los festivales medievales de julio.