5 /5
Média de Avaliação
★
★
★
★
★
Creo que comer allí es uno de los placeres de este viaje. El ambiente es delicioso, con una decoración esquisita y poco ruido, acaso música suave de fondo a veces. Las paredes llenas de buenas obras pictóricas.Los espárragos navarros blancos cubiertos de crema de espinacas,buenísimos, el rape con almejas en su punto de asado y calidad. El txankurro a la donostiarra un placer! El pastel/ pudin de pescado , de los mejores que hemos comido. Y de postre pastel de queso, una maravilla. Y todos los profesionales que te sirven , un encanto.Si pedís menú está todo bueno pero atreveros de vez en cuando a daros un homenaje probando otros platos! Así se gana una fama: dando toda esa calidad.Os felicito...