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Média de Avaliação
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Hace poco callejeando por Vidreres con los amigos entramos en este bar a tomar algo. Lo primero que te atrae es el olor a brasa que se nota al entrar en la calle y al entrar al bar ves la chimenea preparada con sus brasas encendidas. Tienen todo tipo de carne para hacer en barbacoa ya sea pollo, conejito, ternera, cerdo y también preparan a l'ast aunque por encargo. Dispone de una terraza interior muy acogedora con otra brasa en la que si tienes mano con el fuego te permiten asar la pieza que pidas para comer a tu aire. Hemos disfrutado mucho tanto con los platos principales como con las tapas, todas caseras. Lo dicho, una pequeña joya escondida que merece ser visitada.